Mezclando lo real, lo onírico y lo virtual
Había oído muchas cosas de Origen, casi todas buenas. Eso es peligroso. Te crea unas expectativas que a veces no se cumplen. Ya sabes que a la hora de ver una película procuro descartar los comentarios previos, pero eso me resultó complicado en esta película.
La acabo de ver y el caso es que me gustó. Mucho. Eso no es algo que diga con frecuencia y la verdad es que tampoco es que la película sea para tirar cohetes, pero para alguien que como a mí le interesa la psicología, la ciencia ficción y los mundos virtuales, es muy, muy entretenida y constantemente te va dejando cosas que pensar.
Creo que es por eso que se ha escrito tanto sobre ella. A la gente que le gusta encontrar misterios donde no los hay y resolverlos, Origen les encanta. Bueno, ahora creo que me he pasado. Misterios sí que tiene la película y también se juega con la simbología, pero todo se va resolviendo a medida que transcurre la cinta, por lo menos si eres buen observador y estás atento a los detalles.
Y atento hay que estar, porque la historia se desarrolla en cuatro niveles y si te despistas te quedas más perdido que los protagonistas en su propio subconsciente. Afortunadamente Christopher Nolan, el director y autor del guión, es experto en ese tipo de desarrollos y ha hecho una película muy comprensible, en la que ha cuidado todos los detalles con esmero.
En la narración me recuerda mucho a otras dos suyas, quizás no tan populares como las de Batman (Batman begins y El caballero oscuro). Me refiero a El Truco Final. El Prestigio, en la que nos demostró su gusto por la magia y las explicaciones espectaculares. Y a mi preferida, que indudablemente es Memento. Una película en la que Nolan nos hace experimentar la amnesia que padece el protagonista. A mi juicio una de las mejores películas para hablar de psicología y cine, un guión difícil de desarrollar y de comprender… si no estas atento.
Por cierto que si no has visto Origen no sigas leyendo. Quiero comentar algunos aspectos de la película que te serán más interesantes después de que tú hayas sacado tus propias conclusiones.
Dicen que Nolan sacó la idea de Origen viendo Los Simpsons y como prueba se adjunta la imagen de abajo. Evidentemente es broma ya que la desbordante imaginación de Homer no da para tanto.
A mí la historia me recuerda mucho, pero mucho, a Nivel 13, dirigida en 1999 por Josef Rusnak y basada en la novela Simulacron 3, de Daniel Francis Galouye. En ella unos científicos crean un mundo virtual, al que se accede conectando al sujeto a una máquina, pero con la particularidad de que los habitantes de ese mundo virtual han sido capaces de crear ellos mismos otros mundos virtuales. Virtualidad dentro de la virtualidad, hasta que no se sabe cuál es la realidad ¿te suena?.
Otro antecedente cinematográfico podría ser más antiguo incluso, me refiero a Dark City, dirigida en 1998 por Alex Proyas, con guión del propio director. Aquí son unos curiosos extraterrestres los que modelan a su antojo la realidad mientras la gente duerme.
Aunque como antecedentes tampoco podemos dejar de lado Olvídate de mí, Matrix, Gamer o incluso Los sustitutos.
Pero la peculiaridad de Origen es que nos plantea una historia de ciencia ficción cercana, situada en el atrayente mundo de los sueños. Todos soñamos, todos hemos tenido experiencias paradójicas en los sueños así que, a diferencia de otras películas de ciencia ficción, todos tenemos vivencias propias que nos vienen a la mente cuando vemos esta película.
¿Nunca te has preguntado de donde sacamos a la gente que vemos en nuestros sueños?. A veces es gente conocida, pero otras veces son personajes anónimos que sin embargo tienen rostro y personalidad definidas, lo que en la película eran las “proyecciones” ¿de dónde las sacamos?.
Otra. Cuando era pequeño a veces soñaba que caía y me despertaba una sensación muy real de haber golpeado la cama. Dado que no había caído de ningún sitio ¿Cómo era posible que hubiese sentido un golpe?.
Y la última. Cuando un sonido me despierta el sueño en principio lo incorpora, haciéndolo parte de su argumento para no tener que despertar. Pero a veces ese argumento es muy elaborado, como si supiese de antemano que ese sonido se iba a producir ¿cómo iba a saberlo yo?.
Bien, estas y otras muchas cosas me venían a la mente mientras veía la película y estoy seguro de que a ti te pasaba algo similar, que hacía que sintieses la historia como algo más cercano, ese es sin dudar el mérito y el éxito de Nolan. Hacernos familiar una historia fantástica, igual que nos hizo sentir amnésicos en Memento.
Un recurso curioso es el del “tótem”. Ese pequeño truco que sirve a los protagonistas para saber si están en la realidad o en un sueño. Está muy bien pensado y si los chicos de Matrix o Nivel 13 hubiesen tenido el suyo quizás no habrían tenido tantos problemas.
El símbolo de la peonza es muy atractivo y el hecho de que en los sueños de Mal girase y girase sin caerse es tremendamente gráfico. Imagina el susto que se llevaría cuando abriese la caja fuerte en la que la había guardado con tanto recelo y la viese girando indefinidamente. Esa semilla, ese “origen” que Cobb sembró de esa manera en su mente es en realidad el transfondo de toda la película.
Lo fastidiado del tema es que para salir de un sueño el sistema más rápido que tienen es morirse. Si te matan te despiertas y si no te mata nadie te suicidas y ya está. Así que la consecuencia de la idea que sembró Cobb es que Mal se suicidase y que la muchacha aprendiese en carne propia que la solución para salir de un sueño era esa. Aspecto que como ya sabes acarreó fatales consecuencias.
De tanto viajar de un sueño a otro la chica se hace un lío entre lo que es real y lo que es soñado. Al final resulta que le gusta más el sueño que la realidad. Normal. Se siente más “ella” en los sueños y quiere volver a ellos. Se confunde y piensa que la realidad es un sueño, probablemente una pesadilla en comparación, y quiere volver a su realidad onírica. Solución, la que ya conoce y ha experimentado, la que en su momento le enseñó su marido, suicidarse. Pero claro, suicidándote no te despiertas y de ahí la culpa que arrastra Cobb durante toda la película.
Pobre hombre ¡qué dilema!. ¿Cómo se lo explica a los hijos?. ¿Te imaginas la escena?:
- Chicos, os tengo que contar una cosa, mamá se ha suicidado porque creía que estaba en un sueño y yo le había explicado que suicidarse era la mejor manera de volver a la realidad.
- Pero papá ¿por qué no empleaste la peoncita?, ¿no era para eso?.
Bueno… pues sí, que lleváis toda la película dando la vara con lo del tótem y si ya lo habías empleado antes para demostrarle que era un sueño también lo podías hacer ahora justamente para lo contrario. Bastaba con decirle algo así:
- Espera cariño, no saltes todavía. ¿Dónde tienes la peonza?. Ponla a bailar un momento. ¡Anda! Si se cae. Pues va a ser que esto no es un sueño. ¿No?.
Pero claro, así nos cargamos de golpe todo el tema del componente emocional de la culpa que tiene Cobb y buena parte del argumento de la película. Moraleja: no le cuentes a nadie esto de la peonza, que la mayoría no se dará ni cuenta.
Bueno, el caso es que al final todo termina bien. Cobb es exonerado y puede ir a Estados Unidos a ver a sus hijos, pero… ¿por qué en dos años el abuelo nunca se los llevó, por ejemplo a Japón o a Francia o a cualquiera de los otros sitios por los que iba el padre?. Tan listos, tan listos, pero me parece que en ocasiones en esta familia pensaban bastante poco.
Y hablando de final feliz… ¿es real o es un sueño?, ¿la peonza caerá o seguirá bailando?. Vaya, parece que ahora sí se ha acordado de usar la peonza, a buenas horas y para colmo la escena se corta, los créditos aparecen y no nos dejar ver si cae o no. ¿Estamos ante un final abierto?. ¿Sí?, ¿No?. ¿Tú qué crees?.
Te diré que yo estaba dudando. Por una parte me parece que la peonza iba a caer, con lo que el final sería real. Por otra parte, los niños, a los que por fin se les ve la cara, me parecía que eran los mismos que habían salido durante toda la película. Que no habría pasado el tiempo, con lo que estaríamos ante un recuerdo y por lo tanto ante un final soñado. Pero viendo la ficha de la película te das cuenta que Nolan, muy puntilloso él, ha empleado niños distintos. Los que hacen de Phillipa y James al final son dos años mayores, compruébalo.
Así que el final es cerrado, feliz y real. ¡Qué bonito!.
Antes de terminar quiero comentar que ha sido una muy agradable sorpresa ver a Ellen Page (Ariadna). Esta chica me cae bien desde que la vi en Hard Candy, allí bordó el papel de niña vengativa, aquí no me ha gustado tanto. Me pasa lo mismo que con DiCaprio, que me gustó mucho más en Shutter Island.
Y para finalizar de verdad déjame recordarte que la película nos plantea un dilema moral. Si se alcanzase una tecnología similar a la que nos enseñan, que se alcanzará, y pudiésemos tener una existencia paralela en un mundo imaginado, onírico o virtual… ¿podremos elegir en cuál vivimos?, ¿quién tendrá la posibilidad de decidir si acertamos en nuestra elección?, ¿quién tendrá la autoridad de decirnos que estamos equivocados?. Es más ¿tendremos el derecho de equivocarnos?.
Saludos,